No tenía grandes expectativas. Unos rotuladores acuarelables de Staedtler, un poco de agua, papel de acuarela y ese rato suelto en el que no apetece hacer nada serio, pero sí algo.
Hice unas cuantas pruebas y, sin demasiado esfuerzo, los colores empezaron a difuminarse. Un efecto suave, limpio y bastante agradecido para lo poco que he hecho. Nada importante, pero ver el resultado da cierta satisfacción. Que, a veces, ya es bastante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario