Lo bonito no tiene por que ser, necesariamente, recargado o complicado. Hay una belleza implícita en las cosas sencillas. Un tranquilo paseo por el campo. Leer un buen libro. Una conversación con amigos..... Los momentos sencillos son los más bonitos.
Quiero enseñaros, al "hilo" de ese pensamiento, un sencillo collar de crochet. Me gusta precisamente por su sencillez, acentuada por el color negro. Con el tiempo quizás me decante por otros colores pero, de momento, me quedo con este. Es un poco diferente al primero que hice. Algo más grande y con un hilo algo más grueso.